La de la negra y los maniquís no tiene desperdicio...
Y eso me ha recordado algo:
Yo, cuando trabajaba en una oficina bancaria de Móstoles, hace la intemerata... se pagaba el paro... y se formaban unas colas del copón...
Bueno, pues la gente que venía al banco a cualquier otra cosa que no fuera cobrar el paro, sin preguntar ni nada, se ponía directamente en la cola de los que iban a cobrar el paro... habiendo cuatro ventanillas libres y sin nadie en la cola... yo me descojonaba...
A veces, cuando veía alguna abuelilla que conocía, como me daban mas pena que risa, salía y le decía "señora María, usted no querría sacar algo de la cartilla y me decía, sí hijo... y la decía venga conmigo... que no tiene por qué esperar esta cola... y encima la pobre mujer se pensaba que le estaba haciendo un favor... eran enternecedoras las agüelicas...
Y es que en este país somos como somos... hay hasta trastornaos que usan Telegram...