Bueno, en este hilo se cuentan penas con los médicos así que yo voy con las mías:
Ayer fui al cardiólogo a que me hicieran una ecografía esofágica del corazón y una cardioversión eléctrica para eliminar la fibrilación auricular.
La ecografía esofágica la hacen metiendote el aparato de la eco por la boca hasta el esófago (la boca del estómago, pa que nos entendamos) y desde ahí te miran el corazón. Lo hacen para comprobar que no hay coágulos dentro del corazón, ya que si los hay, con la cardioversión, salen disparados y te pueden causar un embolia o un ictus y mandarte pa la caja directamente.
Y la cardioversión es el famoso chispazo eléctrico en el pecho que hemos visto en las películas pa resucitar a los que están cascando.
Bueno, la enfermera muy guapa y muy amable, lo pasó fatal para ponerme la vía en el brazo, lo consiguió al tercer intento. La anestesista, más burra que un cerrojo, menos mal que me dormí pronto. Total, no me enteré de nada... hasta que me desperté dos horas después.
La sensación que tenía era de que me había pasado un camión por encima. Me dolía el pecho y los brazos un montón. Tenía una herida en el labio, un dolor de garganta que riéte tu de unas anginas de diciembre, y una quemadura en el pecho y otra en la espalda, leves, pero quemaduras al fin y al cabo.
Me han dicho que la fibrilación auricular ha desparecido, pero eso no significa que no vuelva cuando le salga de los huevos. Mientras tanto a tomar el Sintrom de los cojones, pero como sé que el Sintrom da más problemas de los que quita, estoy tomando una medicación alternativa que no cubre la seguridad social porque cuesta 90 euros la cajita de 28 pastillas, pero que no da los problemas del Sintrom. Al parecer la voy a tener que tomar de por vida...
Vamos, que todo estupendo...