Cuando yo era un adolescente, y de eso ya ha llovido a mares... me dió por montar maquetas de motos, y eso era lo fácil, lo difícil y delicado era pintarlas después... Si te tirabas dos o tres días para montarla, luego te chupabas un par de semanas para pintarlas... había que tener cuidado en no mezclar los colores, había que esperar a que se secaran... así que tenías que pintar hoy un color, mañana el de al lado, y así sucesivamente... recuerdo que lo más complicado era pintar el número de la moto y el escudo de la marca... tenía un pincel que sólo tenía 2 o 3 pelos y una lupa enorme para los detalles... pero al final me quedaban geniales, mis colegas se maravillaban y me preguntaban dónde las había comprado, no se creían que las hubiera pintado yo...
Bueno, pues ya tenía tres motos en una estantería en la pared y estaba pensando montar una maqueta de una carabela, cuando por esas cosas de la mala suerte, la estantería de arriba, que estaba llena de libros se cayó sobre la de las motos y me las hizo mil pedazos...
Ahí se acabó mi pasión por las maquetas... del disgusto que me llevé jamás he vuelto a montar ninguna...