Los altavoces, si puedes, de vías separadas. Los de graves cuanto más grandes mejor, puesto que hay una relación directa entre la mínima frecuencia que pueden reproducir y el diámetro del altavoz. Esos los puedes montar donde quieras porque el oído humano no distingue de dónde vienen las frecuencias bajas. Eso sí, los tweeter o de agudos, a la altura de las orejas