SUPER MARIO BROS. (ROCKY MORTON, 1993) Mientras millones de padres llevan a sus hijos a ver el estreno de Super Mario Bros., yo he intentado enseñarle a mi hijo que no todo en esta vida es de color de rosa obligándole a ver Super Mario Bros... ¡pero la de 1993!
Menuda fumada de crack se pegaron los guionistas de esta película. Todo en esta películla es surrealista. Desde que uno de los directores se apellide Morton (como uno de los hijos de Bowser) hasta ver a Mario amorrarse a las mamellas de una negra de 200Kg, pasando por ver a Luigi corriendo descamisado y con un cinturón homologado por la comunidad gay.
Al parecer Nintendo cedió los derechos para hacer la película y se desentendió totalmente del tema. Vale que no contaban con un presupuesto para hacer personajes del videojuego por ordenador (recordemos que Jurassic Park es del mismo año e hicieron virguerías) pero podían haber hecho algo similar a
"¿Quién mató a Roger Rabbit?" o
"Space Jam", mezclar animación con personajes reales.
Pero no, aquí se empeñaron en hacer las cosas "a su manera". Los "Goombas" aquí son maromos de 3 metros con una minicabeza de dinosaurio, las famosas "setas" del juego aquí son un hongo viscoso y asqueroso a lo "Last of Us" que está infectando toda la ciudad, "Yoshi" es un velociraptor que ni pincha ni corta en la película... en fin, un desacato tras otro.
Si uno se esfuerza consigue ver guiños al videojuego: usan una grúa contenedor para imitar la "taza voladora" de Bowser en Super Mario World, unas escenas de coches parecen un guiño al Mario Kart y poco más.
He leído por ahí que Bob Hobkins (el actor que interpreta a Mario) acudía borracho a las grabaciones para no ser consciente del fiasco, que el hijo de Dennis Hopper (Bowser) afeara a su padre haber caído tan bajo aceptando ese papel y que, una escena eliminada en la que unos directivos de Nintendo visitaban a Mario y Luigi al final de la película hubiera dado cierto sentido a este caos de película.
El resultado ha sido que mi chiquillo ha quedado tan traumatizado que he tenido que ceder y llevarlo a ver...
SUPER MARIO BROS. (AARON HOVARTH, 2023) Treinta años después, Nintendo decide coger el toro por los cuernos y sacar la película que todos los niños de hace 30 años hubieran querido ver. Supervisada por el propio Shigeru Miyamoto (el creador de Mario) esta película lo hace todo bien: animación de calidad de la mano de Illumination (el estudio de
Minions,
Mascotas, etc.), actores de primer nivel para la voz de los personajes (Jack Black, Chris Patt, etc.), todos los elementos del videojuego (items, personajes, etc) se ven acertadamente reflejados en la película, etc.
Es una película muy correcta en todos los sentidos y ha conseguido ser la película de animación más taquillera de toda la historia y, sin embargo, deja la sensación de no aportar nada nuevo y algo me dice que de aquí unos años nadie se acordará de esta película, mientras nadie podrá borrar la "huella" que dejó la tróspida pero inolvidable Super Mario Bros. original de 1993.