Sí, sí, tal cual. Esto sin subvenciones era claramente un proyecto inviable económicamente para estrenar en cines o editar DVDs. Imagino que la pandemia y la escasez (casi nulidad) de estrenos puede haber ayudado a que cumplieran los requisitos mínimos para la subvención y que de este modo un proyecto que, probablemente estaría más enfocado a distribución privada (pases en el Museo del Videojuego, por ejemplo), haya acabado sorprendentemente estrenado en cines.
Aunque estoy en contra de las subvenciones (hace que salgan al mercado proyectos de dudosa calidad y acaban perjudicando el propio mercado, que se ve inundado de mediocridades mientras debería estar regulado únicamente por la propia valía de los productos y la ley de la oferta y la demanda), en este caso, egoistamente, me alegro que un documental económicamente inviable como este haya visto la luz en cines.