Pues yo ya me he curado en salud contra los LGTBI y feminazis. En mi segunda novela hay una relación sexual, digamos accidental, entre dos chicas, no doy ningún detalle ni describo nada, pero me da pie a decir que el ser lesbiana no es un desdoro para nadie. Que cada uno puede hacer en la cama lo que quiera y con quien quiera, pero sin imponer su voluntad a nadie.
Y si con eso no les sirve, que se jodan. No voy a meter un amor homosexual en mi novela porque no se me pone en el arco del triunfo.
Y digo esto porque tanto en los grupos de escritores de facebook en que participo, como en amazon, al hablar de novela erótica hay un porcentaje elevadísimo de novelas de lesbianas y homosexuales. Está de moda que los protagonistas sean hetero, pero los amigos o personajes secundarios, no... qué bonito...
Cada cual es muy libre de escribir de lo que le salga el níscalo, pero de ahí a tratar de imponer sus costumbres, su sexualidad o sus ideas a los demás, a base de críticas infundadas y victimismo, va un mundo.